Los servicios de videoidentificación ofrecen mayor seguridad, rapidez y facilidad a usuarios y, sobre todo, a empresas en la gestión de procesos digitales.
En los últimos años, y con la irrupción del coronavirus, la generalización de los procesos telemáticos ha hecho necesario realizar las validaciones de identidad de forma remota y apostar por procesos de videoidentificación. Si además tenemos en cuenta que cada vez más determinadas gestiones necesitan tener una calidad probatoria, los sistemas de contraseñas o doble autenticación comienzan a quedarse obsoletos.
Según un análisis realizado por el Centro Nacional de Seguridad Cibernética de Reino Unido, más de 40 millones de usuarios utilizan contraseñas que un ciberdelincuente podría obtener en tan solo un segundo. Un dato muy llamativo que pone de manifiesto la necesidad de apostar por otros métodos de identificación.
Pero es que la necesidad de aumentar la seguridad afecta también a los consumidores que creen que no tienen nada que asegurar. Por ejemplo, hace unos meses, la popular plataforma de vídeo de Google, YouTube, comunicaba la implementación de nuevas formas de identificación para controlar el acceso de menores a contenidos no aptos para su edad. Es decir, no sólo exigirá que los usuarios estén registrados para ver vídeos con contenido restringido en páginas web externas, sino que, en Europa, por ejemplo, solicitará datos de identificación si sospecha que se trata de menores.
En España, durante el confinamiento, los servicios de videoidentificación se dispararon un 300%
En otros sectores, como es el financiero, este proceso de identificación está siendo digitalizado, y la videoidentificación es ya una realidad del presente. En los meses de marzo y abril del pasado año, durante el confinamiento, los productos y servicios financieros con videoidentificación se dispararon en España un 300% en comparación con el mismo periodo de 2019 (según un análisis realizado por Grupo CMC). Un proceso de transformación digital que beneficia a la entidad y al cliente, que no tiene que desplazarse a la oficina o tratar con el servicio de atención telefónica, por ejemplo, además de ofrecerle mayor seguridad.
Además, según un estudio de la consultora McKinsey, la identificación digital es clave para un crecimiento económico inclusivo, dando a más personas acceso a bienes y servicios y ofreciendo, no solo mayor protección ante el fraude, sino mayor control sobre sus datos y su identidad. Esto se traduciría en que, para el año 2030, generar un valor económico equivalente aproximado al 3% del PIB en las economías desarrolladas.
La identificación digital: el registro y la autenticación, ofrece una mayor seguridad en los servicios financieros, registros y contrataciones. Un sistema de identificación que en los próximos meses ya se utilizará para formaciones y evaluaciones online y que puede servir en un futuro para el voto online o incluso, como ya se está planteando, para el acceso a las casas de juegos. Se prevé que en un corto periodo de tiempo, la Administración Pública lo implantará de manera permanente, ya que tienen sobre la mesa un Proyecto de Orden sobre los métodos de identificación no presencial para la expedición de certificados electrónicos cualificados, que han autorizado de forma provisional, durante el Estado de Alama mediante el RD-Ley 11/2020.
¿Es la videoidentificación la opción de futuro?
Gracias a la generalización de dispositivos de captura audiovisual y la maduración del marco reglamentario, las empresas pueden aplicar los procesos de videoidentificación supervisada con plena validez y calidad probatoria. Además, para el usuario supone mayor seguridad, rapidez y facilidad que la identificación presencial. Precisamente, es a través de un vídeo que una persona garantiza que es quién dice ser.
En SGAIM contamos con 01IDENTITY, el servicio de identificación remota integrado en nuestra plataforma de evidencias digitales. Está basado en el proceso de videoidentificación supervisada, definido por el SEPBLAC, que permite personalizar los procesos KYC e integrar éstos en transacciones de registro de cliente, autorización de operaciones, firma de contratos o procesos que impliquen el acceso a datos o documentos de riesgo elevado según el RGPD.
Un método de identificación seguro para el cliente y para la empresa que, además, ofrece calidad probatoria.
Todos los objetos digitales de cualquier transacción pasan a conformar un expediente interpretable y preparado para potencial pericia forense. Este expediente se somete a firma electrónica y fechado de tiempo cualificado con custodia notarial diaria. Además, ofrece la conservación de las evidencias certificadas durante 10 años con opción de extensión a solicitud del cliente, y retimbrado de los expedientes en caso de exposición de las claves o riesgo de obsolescencia tecnológica.
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